1. Comienza con una emoción fuerte
Las emociones fuertes, ya sean positivas o negativas, pueden captar la atención de tu audiencia y servir al propósito de comenzar nuestra charla de una manera interesante. Para ello puedes usar palabras intensas, cargadas de emociones y subjetividad como «odio», «amo», "favorito". Tu objetivo es obtener una reacción de tu audiencia al comienzo de tu discurso, lo que hará que se centren en tu mensaje.
Por ejemplo, fíjate en este comienzo: «No hay nada que deteste más en el mundo que..." o "cuando era pequeña, mi cuento favorito era...".
2. Acerca los acontecimientos pasados o los lugares lejanos
Si el tema de tu exposición está alejado en el tiempo, quizás debas empezar por contar algo que lo acerque al momento actual. De la misma manera, si vas a hablar de un lugar muy alejado en el espacio, puedes intentar acercarlo a tu audiencia.
Por ejemplo, puedes empezar una exposición sobre las batallas de Napoleón con la noticia de que recientemente un estudio lo ha nombrado uno de los personajes más conocidos de la Historia universal o puedes hablar de la relación entre EEUU y Sevilla poniendo el ejemplo de la avenida de Kansas City.
3. Comienza con una estadística impactante
Cuantificar tu contenido con una estadística puede ayudarte a generar credibilidad inmediata y también hacer que tu mensaje parezca más real. Para que esto sea eficaz es necesario elegir una cifra que sea realmente impresionante. Decir que una campaña de publicidad ha mejorado un 80% los beneficios de una empresa con respecto al año pasado, puede ser una manera de despertar el interés del público por cómo se consiguió.
En este caso, sería conveniente utilizar en tu presentación gráfico, tablas o elementos visuales para ilustrar las estadísticas en tu presentación.
4. Usa una anécdota (storytelling)
Comenzar un discurso con una historia, una anécdota personal, es una de las formas más efectivas de captar la atención de la audiencia.
Las historias personales ayudan a humanizar tu mensaje y logran que la audiencia se involucre más en lo que tienes que decir.
5. Haz participar a tu auditorio
Una excelente manera de llamar la atención de tu audiencia es involucrarlos a través del diálogo. Puedes lanzar alguna pregunta a tu audiencia al comienzo de tu discurso; así sentirán que son parte de la presentación. Las mejores presentaciones tiene que ser interactivas, al menos en algún momento.
Por ejemplo, durante un discurso sobre la necesidad de hablar en público, pregunta a las personas asistentes si alguna vez han sentido miedo o pudor a la hora de tener que hablar en público.
Otra forma muy fácil de involucrar a tu audiencia es pedir que levanten la mano a una pregunta concreta. Por ejemplo, puedes comenzar preguntando: «¿Quiénes diríais que os impone hablar en público?» Lo más probable es que se vean muchas manos levantadas, lo que puede ser un buen punto de partida para el resto de tu charla.
6. Introduce un problema preocupante
Puedes comenzar tu intervención con algo tan simple como presentar un problema que preocupe a tu audiencia y que esté relacionado con el tema que vas a desarrollar, para que comprendan su importancia. Elige un problema que creas que la mayoría de tu audiencia puede compartir para captar realmente su atención.
Por ejemplo, podrías comenzar diciendo: "Hoy día las personas jóvenes no ganan un salario suficiente como para alquilar una vivienda en la poder que independizarse".
Recordemos las seis estrategias:
1. Comienza con una emoción fuerte
2. Acerca los acontecimientos pasados o los lugares lejanos
3. Comienza con una estadística impactante
4. Usa una anécdota (storytelling)
5. Haz participar a tu auditorio
6. Introduce un problema preocupante
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